Aunque pueda parecer una contradicción (y de hecho lo es), amigo mío, esta es una de las mejores ventas que pueda existir. Sin querer vender nada, realizar la Venta. La finalidad de esta técnica radica en que el cliente potencial te compre a ti.
Perdóname esta pequeña intromisión y opinión personal, por la que te pido disculpas, pero muchas veces en esta vida se consiguen las cosas dándoles la espalda. Podría ser una ley universal, igual que la ley de la gravedad o la ley de la atracción.
Esto puede darse porque le hayas caído bien al sujeto, hayas congeniado con él a la perfección o hayas llegado justo en el momento indicado y este cliente busque casualmente lo que le has propuesto. El arte reside en realizar tu trabajo procurando emplear las emociones y sentimientos a conciencia, sintiendo el estado interior de tu sujeto a la vez que el tuyo y así se desarrollará la Venta por sí sola. La empatía, la calidez en el intercambio humano, el estrechar las manos, la incondicionalidad para crear una armoniosa relación, etc., son comportamientos que provocarán esa situación. Así llevarás, de forma automática, a tu cliente potencial a la compra. Sí. Créeme: muchas ventas caerán por su propio peso y de manera natural.
Situación practica: Extracto del libro «El Número 1 en Ventas»
«Estimado vendedor, muchas veces nuestra educación, nuestras creencias, la sociedad…, nos limitan la existencia y nuestro evidente potencial. Dime, ¿todavía guardas la esperanza de que una vida mejor es posible si realmente la anhelas?
Puedo entender que seguramente hayas llevado a la práctica conocimientos supuestamente eficientes, leído multitud de libros de autoayuda, estudiado una carrera o un curso, etc., y sigues con la sensación de que todo esto te ha aportado poco en tu vida personal y profesional. Eres consciente de que todavía te falta ese impulso para dar el último empujón a tu vida. Es una lástima que uno siga con la sensación de ser una oveja más en la manada, por miedo, por incertidumbre, por autocomplacencia o por impotencia ante la realidad impuesta por el destino. Por mucho que nos empeñemos y nuestro afán siga intacto, uno ya no sabe cómo hacer ni por dónde empezar para evolucionar, mejorarse a sí mismo y empezar realmente a vivir la vida que ha soñado.
El tiempo, la impotencia, las circunstancias… Uno da por hecho que vive la vida que le ha tocado, sin encontrar la manera de llegar al fin que desea ni sacar provecho del potencial existente en sí mismo.
¿Cómo evolucionar de tal manera y llegar a ese fin? ¿Es realmente una utopía vivir la vida que uno siempre ha soñado?
Seguimos sufriendo épocas de malas rachas en las ventas, por falta de motivación, un déficit en el afán de superación, y nos aventuramos a los caprichos eventuales. Estamos a la espera de que un gran acontecimiento suceda para vivir la vida que siempre hemos querido. Mientras tanto, siguen surgiendo incesantes dudas existenciales que provocan angustia y miedo. Es posible que nos falten recursos y tiempo, y que la rutina, las obligaciones y las responsabilidades nos impidan ver otra cosa fuera de nuestras posibilidades, de nuestra realidad. Ya no tenemos decisión sobre nuestro futuro, aspiraciones y sueños. Las creencias, los tópicos, los miedos, las limitaciones, la ignorancia impuesta por la sociedad, no nos enseña la manera de sacar todo el inmenso potencial que hay dentro de cada uno.
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