La palabra compasión proviene del término latino cumpassio que significa ‘acompañar’. Esto quiere decir que la compasión marca una diferencia con otros sentimientos ya que lo que tiene de particular es que la persona que siente compasión no necesariamente sufre igual que aquella que sí lo hace.
Pero, ver al otro en una situación de dolor, angustia, temor o desesperanza es lo que lo marca. La compasión es lo que le permite al ser humano dejar, al menos por un instante, de pensar en sí mismo para pensar en el otro incluso cuando el sufrimiento no corresponde a aquella persona que siente compasión. Es un modo de acercarse al otro y sentir lo terrible de ese sufrimiento.
La compasión, buena siempre, es en muchos casos la celestial precursora de la justicia. Concepción Arenal
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